Hace mucho que conocía la preciosa historia de Nick Vujicic, el hombre que nació sin brazos ni piernas; su testimonio, sus vídeos, su origen ... Pero hace unos cuantos días volví a ver algunos de sus vídeos y un corto que se hizo sobre su vida y hubo algo que me llamó poderosamente la atención, es algo que él mismo cuenta sobre su infancia, todo su dolor, todo su “rebote” y hasta su rebelión contra Dios cuando tenía ocho años y como, a esa edad, se intentó quitar la vida por tres veces; aunque el Señor no permitió que lo consiguiera.
Todo esto me hizo pensar mucho, pensar mucho incluso sobre mi propia vida. Cúantas veces me he sentido así!!..metafóricamente hablando, sin brazos y sin piernas.
Por supuesto que el Señor, no me ha dado una prueba física tan brutal; pero si es cierto que he vivido muchas veces en mi propia vida ese mismo sentimiento de indefensión, ese mismo sentimiento de creerme en medio de una auténtica prisión y ese mismo sentimiento de que el mismísimo Dios se había equivocado conmigo; que Sus planes y Sus propósitos para mi eran totalmente injustos y que toda mi vida era una absoluta equivocación.
Esto me llevó a vivir durante años metida en una especie de jaula emocional, cargando con una amargura y un sentimiento de injusticia que no viene de Dios y culpándole a El, en definitiva, de todos mis problemas.
Esta mañana, en mi tiempo con el Señor, leía nuevamente la historia del apóstol Pablo cuando viaja a Filipos en el Nombre del Señor. El había ido a Macedonia porque Dios le había guiado mediante una visión, cómo podía saber que terminaría preso allí?, en lo más profundo de la cárcel, lleno de grillos y cadenas en la más profunda oscuridad?.. Aún así, Pablo y Silas alababan a Dios, los presos oían y el carcelero de Filipos, con toda su casa, se entregó a Cristo.
Me encanta cuando veo que Dios guía mi mente y mis pensamientos. Pensaba escribir sobre las “alas de mariposa” de Nick, pensaba en una cierta similitud con mi propia vida , y temprano en la mañana, el Señor me pone delante la historia de Pablo en Filipos. Si!! fue una confirmación de que lo que pensaba escribir estaba correcto.
Volviendo a Nick, cómo lo entiendo!... entiendo ese sentimiento de no comprender la voluntad de Dios, de cierta rebeldía. Entiendo su angustia, su dolor, su amargura y todos sus “por qués”.
Esta misma mañana le escribía a una amiga y le decía que no hay nada como pasar por la vida pisando bien cada centímetro del camino muy cerca de Dios, siempre de Su mano, valorando, meditando y aprendiendo. Forma parte de la vida, del paso de los años y de la sabiduría que nos ofrece el paso del tiempo y el caminar junto al Señor palmo a palmo.
Si!, es cierto!...humanamente hablando, parece que el Señor nos juega malas pasadas, en el caso de Nick, nacer sin brazos y piernas...
Cada uno de nosotros conoce su propia vida y circunstancias, sólo para nosotros, forma parte de nuestra intimidad. Quizá nuestro caso no sea la falta de brazos y piernas físicos; pero cada uno sabemos toda la auténtica realidad de nuestra vida, nuestros dolores, nuestras frustraciones y nuestras preguntas al Señor.
Siempre que pienso en esto no puedo evitar recordar la historia, nuevamente del apóstol Pablo, aquel “mensajero de Satanás que me abofetea”, sus preguntas y sus oraciones. Recordaís la respuesta por parte de Dios?: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”
En el corto que vi hace pocos días sobre la vida y testimonio de Nick, se veía como una preciosa mariposa, con alas de intensos y hermosos colores, salía del medio de unas manos que la tenían aprisionada y comenzaba a volar, a volar suavemente, pero cada vez más alto , con un movimiento de alas dulce y delicado, pero cada vez más ágil y alto, por fin en libertad!!. Esa imagen y ese pensamiento me han acompañado durante días y días...
Si Dios ha podido sacar una enorme bendición del “aguijón” de Pablo, o de su, aparentemente equivocado viaje a Filipos; si Dios ha podido sacar una inmensa bendición y ministerio precioso de la falta de brazos y piernas de Nick, es que no puede hacer lo mismo contigo y conmigo?
Yo no conozco tu “cárcel”, tu “aguijón”, tu “prisión” o tus problemas; pero conozco a la perfección los míos . Si!, reconozco públicamente que he llorado muchas lágrimas y que mi corazón ha estado demasiado lleno de amargura y resentimiento por mucho tiempo, demasiado tiempo...
Hoy, desde aquí, quiero decirle adiós a esa etapa de mi vida, quiero resurgir de mis cenizas como el ave Fénix y quiero, igual que esa delicada y preciosa mariposa, salir de “mi prisión”, comenzar a mover mis alas y volar en libertad desafiando al aire y al viento y pese a toda mi debilidad seguir volando sin que nadie me pare, no volviendo jamás a mirar atrás, sabiendo que los planes, los propósitos y los tiempos de Dios son siempre perfectos a pesar de que yo pueda pensar lo contrario y...Aquí estoy!!...
BIENVENIDAS!!, MIS PRECIOSAS “ALAS DE MARIPOSA”.
Todo esto me hizo pensar mucho, pensar mucho incluso sobre mi propia vida. Cúantas veces me he sentido así!!..metafóricamente hablando, sin brazos y sin piernas.
Por supuesto que el Señor, no me ha dado una prueba física tan brutal; pero si es cierto que he vivido muchas veces en mi propia vida ese mismo sentimiento de indefensión, ese mismo sentimiento de creerme en medio de una auténtica prisión y ese mismo sentimiento de que el mismísimo Dios se había equivocado conmigo; que Sus planes y Sus propósitos para mi eran totalmente injustos y que toda mi vida era una absoluta equivocación.
Esto me llevó a vivir durante años metida en una especie de jaula emocional, cargando con una amargura y un sentimiento de injusticia que no viene de Dios y culpándole a El, en definitiva, de todos mis problemas.
Esta mañana, en mi tiempo con el Señor, leía nuevamente la historia del apóstol Pablo cuando viaja a Filipos en el Nombre del Señor. El había ido a Macedonia porque Dios le había guiado mediante una visión, cómo podía saber que terminaría preso allí?, en lo más profundo de la cárcel, lleno de grillos y cadenas en la más profunda oscuridad?.. Aún así, Pablo y Silas alababan a Dios, los presos oían y el carcelero de Filipos, con toda su casa, se entregó a Cristo.
Me encanta cuando veo que Dios guía mi mente y mis pensamientos. Pensaba escribir sobre las “alas de mariposa” de Nick, pensaba en una cierta similitud con mi propia vida , y temprano en la mañana, el Señor me pone delante la historia de Pablo en Filipos. Si!! fue una confirmación de que lo que pensaba escribir estaba correcto.
Volviendo a Nick, cómo lo entiendo!... entiendo ese sentimiento de no comprender la voluntad de Dios, de cierta rebeldía. Entiendo su angustia, su dolor, su amargura y todos sus “por qués”.
Esta misma mañana le escribía a una amiga y le decía que no hay nada como pasar por la vida pisando bien cada centímetro del camino muy cerca de Dios, siempre de Su mano, valorando, meditando y aprendiendo. Forma parte de la vida, del paso de los años y de la sabiduría que nos ofrece el paso del tiempo y el caminar junto al Señor palmo a palmo.
Si!, es cierto!...humanamente hablando, parece que el Señor nos juega malas pasadas, en el caso de Nick, nacer sin brazos y piernas...
Cada uno de nosotros conoce su propia vida y circunstancias, sólo para nosotros, forma parte de nuestra intimidad. Quizá nuestro caso no sea la falta de brazos y piernas físicos; pero cada uno sabemos toda la auténtica realidad de nuestra vida, nuestros dolores, nuestras frustraciones y nuestras preguntas al Señor.
Siempre que pienso en esto no puedo evitar recordar la historia, nuevamente del apóstol Pablo, aquel “mensajero de Satanás que me abofetea”, sus preguntas y sus oraciones. Recordaís la respuesta por parte de Dios?: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”
En el corto que vi hace pocos días sobre la vida y testimonio de Nick, se veía como una preciosa mariposa, con alas de intensos y hermosos colores, salía del medio de unas manos que la tenían aprisionada y comenzaba a volar, a volar suavemente, pero cada vez más alto , con un movimiento de alas dulce y delicado, pero cada vez más ágil y alto, por fin en libertad!!. Esa imagen y ese pensamiento me han acompañado durante días y días...
Si Dios ha podido sacar una enorme bendición del “aguijón” de Pablo, o de su, aparentemente equivocado viaje a Filipos; si Dios ha podido sacar una inmensa bendición y ministerio precioso de la falta de brazos y piernas de Nick, es que no puede hacer lo mismo contigo y conmigo?
Yo no conozco tu “cárcel”, tu “aguijón”, tu “prisión” o tus problemas; pero conozco a la perfección los míos . Si!, reconozco públicamente que he llorado muchas lágrimas y que mi corazón ha estado demasiado lleno de amargura y resentimiento por mucho tiempo, demasiado tiempo...
Hoy, desde aquí, quiero decirle adiós a esa etapa de mi vida, quiero resurgir de mis cenizas como el ave Fénix y quiero, igual que esa delicada y preciosa mariposa, salir de “mi prisión”, comenzar a mover mis alas y volar en libertad desafiando al aire y al viento y pese a toda mi debilidad seguir volando sin que nadie me pare, no volviendo jamás a mirar atrás, sabiendo que los planes, los propósitos y los tiempos de Dios son siempre perfectos a pesar de que yo pueda pensar lo contrario y...Aquí estoy!!...
BIENVENIDAS!!, MIS PRECIOSAS “ALAS DE MARIPOSA”.
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