El fallo de un alto tribunal que determinó que mantener relaciones sexuales con menores no siempre constituye el delito de violación desató una fuerte polémica en Brasil e incluso provocó que el Gobierno pida que se revierta la decisión.
El Tribunal Superior de Justicia, principal sala de apelaciones, determinó esta semana que un hombre acusado de violar a tres niñas de 12 años no podía ser declarado culpable de violación por una serie de condiciones atenuantes.
Según el fallo judicial, las tres púberes ya se habían prostituido antes de tener relaciones con el imputado, además de que el caso ocurrió en 2002, antes de que la ley penal fuera modificada para tipificar el sexo con menores como violación en 2009.
La decisión fue recibida con asombro por las entidades de derechos humanos y el propio Ejecutivo brasileño, que anunciaron una serie de acciones para revisar la controvertida decisión.
“Entendemos que los derechos humanos de niños y adolescentes jamás pueden ser relativizados. Con esta sentencia, un hombre fue declarado inocente de la acusación de violación de tres personas vulnerables, lo que en la práctica significa impunidad para uno de los crímenes más graves cometidos contra la sociedad brasileña”, declaró la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario Nunes, en un comunicado.
Asimismo, Nunes anunció que pediría al fiscal general Roberto Gurgel y al abogado general del gobierno, Luiz Inácio Adams, que determinen las posibles acciones a fin de modificar el fallo.
En ese sentido, la Asociación Nacional de Procuradores de la República expresó en una nota que “la decisión afronta el principio de protección absoluta, garantizada por la Constitución brasileña, a niños y adolescentes eindica tolerancia con esa nefasta práctica, en lugar de desestimularla”.
El caso en discusión ocurrió en 2002 en Sao Paulo, dondela justicia local declaró inocente al acusado con argumentos similares a los utilizados por el Superior Tribunal de Justicia.
De hecho, el Instituto de los Abogados de Sao Pauloconsideró adecuada la decisión al señalar que “se trata de permitir a la prudencia judicial el análisis del caso concreto pudiendo, conforme sean sus características, decidir si es o no crimen”.
Frente a la polémica, el presidente del Superior Tribuna, Ari Pargendle, admitió la posibilidad de revisar la decisión. “Cada caso es un caso y el tribunal siempre está abierto para revisar sus juicios. Tal vez eso pueda ocurrir”, declaró el magistrado el jueves.
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