martes, 17 de abril de 2012

“Jehová es mi sanador”

Un accidente a los seis años le produjo a Lourdes Monroy terribles consecuencias. Su vida se vio inmiscuida en un sinfín de hemorragias nasales que eran incontrolables, no podía hacer esfuerzo físico, ni exponerse al sol.Los médicos le pronosticaron que viviría solo hasta los 17 años. Sus padres cayeron en total desesperación, inclusive su progenitora decidió acudir a los curanderos. “Recuerdo que un día mi madre me dijo que prefería verme muerta antes que sufriendo”, cuenta la protagonista de esta historia.
Milagro a la vista
Lourdes tenía conocimiento de que existía el cielo y el infierno, su temor crecía conforme su décimo séptimo onomástico se acercaba. Pero cierta noche, en medio de una crisis, recordó un mensaje del pastor Rodolfo González, quien decía que Dios es capaz de hacer lo imposible. A los pocos minutos ya estaba de rodillas, entregándole su vida. “En ese momento sentí que algo divino me tocaba, tuve la certeza que nunca más volvería a tener una hemorragia”, añade Lourdes.Fue así que pasaba el tiempo y ella se aferraba más a nuestro Señor y Salvador, ingresó a la banda de músicos de la Iglesia Central y su vida estaba dedicada a sur un testimonio vivo. Con el paso del tiempo conoció a Javier Alva, con quien contrajo nupcias.Como toda pareja su anhelo fue formar una familia, pero ella no podía quedar embarazada. Ambos sufrían mucho por esta situación. Decidieron hacer largos y costosos tratamientos que no fueron exitosos.Pero una prueba como esta sirvió para que ellos intensifiquen su relación con Dios. Los dos vivieron literalmente de rodillas, su tiempo de ayuno, vigilia y oración tuvieron una respuesta. Después de algún tiempo nació la pequeña Esther, y lejos de ser una niña débil como muchos pensaban que sería, es una pequeña llena de energía que ilumina el día a día de una familia que conoce el verdadero poder de Jehová.

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