Un informe elaborado por Intermon Oxfam y Save The Children recuerda que aún hay miles de afectados en riesgo de morir por inanición.
ENERO DE 2012, ESPAÑA
La hambruna que azota el Cuerno de África ha azuzado la ayuda mundial en los últimos meses. Sin embargo, un informe presentado por dos ONG deduce que si la comunidad internacional hubiera reaccionado antes se habrían evitado entre 50.000 y 100.000 muertes.
El informe, titulado “Un retraso peligroso” ( disponible en PDF ) intenta explicar por qué el sistema internacional no respondió a las “alertas tempranas” de la crisis que se avecinaba en Somalia, Etiopía y Kenia, en principio por la sequía, y por qué “se permitió que la situación se precipitara al desastre”.
El documento comienza señalando la tardía respuesta internacional y pidiendo que ésta “cambie su funcionamiento para afrontar el reto de responder a crisis recurrentes en regiones como ésta”. En el caso de la crisis alimentaria en África debería servir para estudiar un cambio en profundidad en los protocolos de actuación, dicen ambas organizaciones.
“Los responsables de la toma de decisiones no suelen sentirse cómodos con la incertidumbre y los pronósticos, y exigen datos sólidos antes de iniciar un proceso de respuesta. De modo que aunque muchas personas que estaban “sobre el terreno” en la región –representantes de numerosas agencias e instituciones, así como las propias comunidades–eran conscientes de la inminencia de la crisis, e intentaron hacer sonar las alarmas en enero y febrero de 2011, no siempre fueron capaces de movilizar a las personas en puestos de mayor responsabilidad con capacidad para tomar medidas que evitasen otra crisis”, afirma el informe.
REACCIÓN TARDÍA
Subrayan además que esta situación se ha producido a pesar de que se había pronosticado y sostienen que si bien la originó la falta de lluvias fueron “factores humanos los que la convirtieron en una emergencia mortal”.
Según las ONG, la ayuda internacional reaccionó tarde, cuando en algunos lugares ya estaban muriendo personas, muchas habían perdido sus medios de vida, al morir sus rebaños, y “muchas más -sobre todo mujeres y niños- estaban sufriendo dificultades extremas”.
“La magnitud de la muerte y el sufrimiento, así como el coste económico, podría haberse reducido si los sistemas de alerta temprana hubiesen desencadenado una respuesta más temprana y de mayor alcance”, aseveran las ONG.
Destacan que si bien no se puede calcular con exactitud cuántas personas han muerto citan a la agencia de cooperación británica que estima que fueron entre 50.000 y 100.000, más de la mitad de niños menores de cinco años, entre abril y agosto de 2011.
A su juicio, muchos de los países donantes exigieron pruebas de que efectivamente se estaba produciendo una crisis humanitaria, antes de actuar para prevenirla.
IMPLICACIÓN MEDIÁTICA
Además, las ONG consideran que la tardanza también se debió, entre otras razones, a que en la actualidad la recaudación de grandes sumas para una respuesta humanitaria depende de la atención que le presten los medios y la opinión pública, lo que no sucedió “hasta que la situación fue crítica”. También estiman que los gobiernos de los países afectados reaccionaron “con excesiva lentitud”.
El informe recomienda que los fondos para las emergencias alimentarias se deben buscar y conseguir “tan pronto” como las señales de crisis sean “claras”, en lugar del actual sistema, que espera a aportar la ayuda sólo “cuando los niveles de hambre han alcanzado un punto de inflexión”.
Así las cosas, Oxfam, Save the Children y otras organizaciones han redactado la “Declaración para acabar con el hambre extrema”, en la que se hace un llamamiento a los gobiernos, también al español, a comprometerse a revisar sus modelos de respuesta a las crisis alimentarias y les emplazan a tomar medidas “urgentes y eficaces”, así como que aborden las causas fundamentales del hambre extrema.
Con todo ello, las ONG pretende que las “lecciones aprendidas” por esta crisis alimentaria “puedan ayudar a evitar desastres futuros y a salvar vidas”.
LA EMERGENCIA CONTINÚA
Seis meses después de que se declarara la crisis humanitaria en esa región africana, Intermón Oxfam y Save The Children apuntan que todavía hay más de trece millones de personas afectadas y cientos de miles han quedado expuestas al riesgo de morir de inanición.
El informe se ha hecho público esta semana y puede encontrarse para descargar en la web de ambas organizaciones.
El informe, titulado “Un retraso peligroso” ( disponible en PDF ) intenta explicar por qué el sistema internacional no respondió a las “alertas tempranas” de la crisis que se avecinaba en Somalia, Etiopía y Kenia, en principio por la sequía, y por qué “se permitió que la situación se precipitara al desastre”.
El documento comienza señalando la tardía respuesta internacional y pidiendo que ésta “cambie su funcionamiento para afrontar el reto de responder a crisis recurrentes en regiones como ésta”. En el caso de la crisis alimentaria en África debería servir para estudiar un cambio en profundidad en los protocolos de actuación, dicen ambas organizaciones.
“Los responsables de la toma de decisiones no suelen sentirse cómodos con la incertidumbre y los pronósticos, y exigen datos sólidos antes de iniciar un proceso de respuesta. De modo que aunque muchas personas que estaban “sobre el terreno” en la región –representantes de numerosas agencias e instituciones, así como las propias comunidades–eran conscientes de la inminencia de la crisis, e intentaron hacer sonar las alarmas en enero y febrero de 2011, no siempre fueron capaces de movilizar a las personas en puestos de mayor responsabilidad con capacidad para tomar medidas que evitasen otra crisis”, afirma el informe.
REACCIÓN TARDÍA
Subrayan además que esta situación se ha producido a pesar de que se había pronosticado y sostienen que si bien la originó la falta de lluvias fueron “factores humanos los que la convirtieron en una emergencia mortal”.
Según las ONG, la ayuda internacional reaccionó tarde, cuando en algunos lugares ya estaban muriendo personas, muchas habían perdido sus medios de vida, al morir sus rebaños, y “muchas más -sobre todo mujeres y niños- estaban sufriendo dificultades extremas”.
“La magnitud de la muerte y el sufrimiento, así como el coste económico, podría haberse reducido si los sistemas de alerta temprana hubiesen desencadenado una respuesta más temprana y de mayor alcance”, aseveran las ONG.
Destacan que si bien no se puede calcular con exactitud cuántas personas han muerto citan a la agencia de cooperación británica que estima que fueron entre 50.000 y 100.000, más de la mitad de niños menores de cinco años, entre abril y agosto de 2011.
A su juicio, muchos de los países donantes exigieron pruebas de que efectivamente se estaba produciendo una crisis humanitaria, antes de actuar para prevenirla.
IMPLICACIÓN MEDIÁTICA
Además, las ONG consideran que la tardanza también se debió, entre otras razones, a que en la actualidad la recaudación de grandes sumas para una respuesta humanitaria depende de la atención que le presten los medios y la opinión pública, lo que no sucedió “hasta que la situación fue crítica”. También estiman que los gobiernos de los países afectados reaccionaron “con excesiva lentitud”.
El informe recomienda que los fondos para las emergencias alimentarias se deben buscar y conseguir “tan pronto” como las señales de crisis sean “claras”, en lugar del actual sistema, que espera a aportar la ayuda sólo “cuando los niveles de hambre han alcanzado un punto de inflexión”.
Así las cosas, Oxfam, Save the Children y otras organizaciones han redactado la “Declaración para acabar con el hambre extrema”, en la que se hace un llamamiento a los gobiernos, también al español, a comprometerse a revisar sus modelos de respuesta a las crisis alimentarias y les emplazan a tomar medidas “urgentes y eficaces”, así como que aborden las causas fundamentales del hambre extrema.
Con todo ello, las ONG pretende que las “lecciones aprendidas” por esta crisis alimentaria “puedan ayudar a evitar desastres futuros y a salvar vidas”.
LA EMERGENCIA CONTINÚA
Seis meses después de que se declarara la crisis humanitaria en esa región africana, Intermón Oxfam y Save The Children apuntan que todavía hay más de trece millones de personas afectadas y cientos de miles han quedado expuestas al riesgo de morir de inanición.
El informe se ha hecho público esta semana y puede encontrarse para descargar en la web de ambas organizaciones.
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