miércoles, 25 de enero de 2012

La amenaza del narcotráfico



El fenómeno violentista alentado por el narcotráfico que azota a México hace más de un lustro, se ha convertido en serio peligro para toda la región.
México vive una preocupante realidad. Tanto solo en los seis primeros meses del 2011, el crimen organizado ha dejado un total de seis mil 641 muertos, cifra que se vio incrementada en 16% respecto al mismo período del año anterior en que se registró cinco mil 703 entre enero y julio.
 El número de fallecidos desde diciembre del 2006 hasta la fecha, cuando el gobierno de Felipe Calderón inicióla guerra frontal contra el narcotráfico, varía entre 37 y 40 mil.
 La matanza es tan intensa que hasta los turistas estadounidenses evitan cada vez más ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y otras situadas en la frontera que solían ser destinos turísticos.
 Lo peor de todo es que la violencia se está contagiando a los estados sureños del oeste de los Estados Unidos. Los funcionarios estadounidenses aceptan que la violencia relacionada con el narcotráfico en México no conoce fronteras. En buena cuenta, el país azteca vive un terrible fenómeno que está amenazando a toda la región por obra de los cárteles del narcotráfico.
 La internacionalización de los barones de la droga mexicana ha sido reconocida por países como Colombia, donde está documentada la creciente colaboración entre narcotraficantes de ambos países. También en Argentina y Perú se han detectado el creciente accionar de los carteles que ha incrementado también su presencia a Costa Rica.
 Los narcotraficantes ya no se dedican solamente al tráfico ilegal de drogas o el contrabando. Buscan el poder teniendo en cuenta, sobre todo, que es un continente donde la pobreza y la desigualdad crean condiciones que abren las puertas al narcotráfico. Esa es la razón por la que el comercio de la droga ha extendido sus tentáculos alcanzando, incluso, a los círculos gubernamentales en varios países de la región.
 Desde la década de los ochenta, el tema del narcotráfico ha cobrado una inusitada atención en distintos sectores sociales y políticos, aunque durante gran parte del tiempo solo ha tenido un enfoque represivo y policial.
 A finales de los noventa, en diversos países latinoamericanos, se solía reconocer en términos generales que el fenómeno era una amenaza para la soberanía nacional y a la seguridad de los estados. Pero actualmente ese concepto se ha ampliado.
 Hoy se reconoce que el narcotráfico tiene claras connotaciones políticas, económicas, sociales y culturales. En ese contexto se sabe que esta actividad resulta una extraordinaria fuente alterna de acumulación de riquezas.
 Para alcanzar plenamente sus fines y objetivos, es decir, obtener la mayor ganancia económica posible, requiere quebrantar el marco legal, social y moral de las sociedades donde opera y se reproduce. Por esa misma razón, el narcotráfico necesita recurrir a la extorsión, la corrupción y la impunidad para reproducir las condiciones de su propio funcionamiento
 La presencia del narcotráfico tiene múltiples efectos en la sociedad. Influyen en la economía a través del lavado de dinero, interviene en la política y la toma de decisiones mediante la infiltración de sus agentes en las instancias de gobierno, distorsiona la moral de población en todos estos países y conlleva una pérdida sistemática de valores. 
 En países como México y Colombia,  el crimen se está convirtiendo en una cosa ordinaria y la tentación por una vida fácil hace mella en mucha gente que está viendo una forma de vida en el negocio de la droga.
 El narcotráfico es un tema de profunda actualidad, difícil de enfrentar, que llama la atención por su espectacular crecimiento y se expresa como la dramática manifestación del nuevo paisaje político, económico, social y cultural de Latinoamérica.
En consecuencia, la estrategia para enfrentar el narcotráfico debe incluir soluciones en todos estos frentes, pero, sobre todo, enfatizar el rescate de la moral y los valores. El valor moral perfecciona a las personas llevándolos a vivir en armonía haciéndolo más humanos y con mayor calidad. De otro modo, será muy difícil vencer este gravísimo fenómeno.

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