lunes, 16 de enero de 2012

La justicia llega



Un militar serbio acusado de múltiples crímenes de lesa humanidad ha sido capturado recientemente. Ahora está sentado en el banquillo de los acusados. Una prueba más que la justicia es inexorable.
El general serbio Ratko Mladic,al que la justicia internacional lo buscó más de quince años, debe estar cavilando en la soledad de su celda y considerando que el largo brazo de la ley a todos los alcanza.
 Durante sus años de prófugo estuvo refugiado en el pueblo serbio de Lazarevo, donde una modesta función agrícola le permitió el anonimato. Ratko Mlatic había sido acusado del cerco militar a Sarajevo, el lugar donde hace 99 años se inició la l Guerra Mundial, dejando el trágico saldo de más de 12,000 muertos.
 Comandó, además, la ejecución, en julio de 1995, de 8,000 bosnios musulmanes en Srebrenica, considerada un área segura por estar protegida militarmente por soldados de Naciones Unidas y por un batallón de holandeses. Desde entonces el Tribunal Penal Internacional lo catalogó como genocida e inició una intensa búsqueda para que enfrente la justicia.
 Mladic, fue comandante del ejército de la República Serbia de Bosnia y Herzegobina y su captura es percibida como un triunfo de la justicia internacional sobre la impunidad. Considerado no sólo uno de los principales gestores de la tragedia bosnia, sino que su imagen era apreciada como el símbolo de las guerras de los años 90 y un obstáculo para la integración de su país a la Unión Europea.
 Anteriormente, se realizó la captura, en el año 2008, de Radovan Karadzic, uno de los principales aliados de Mladic. Esto pudo considerarse como un gesto vital en el juego de las voluntades  políticas que ha permitido que la Unión Europea sea percibido como un espacio de derecho.
 Ambos arrestos son de gran valor para Serbia, sin dejar de estimar que los sectores con fuerte dosis de nacionalismo tienen a estos militares como héroes y ahora mártires de sus proyectos políticos. Sin embargo, las capturas son una clara señal que envía Belgrado de que su intención de pertenecer a la Unión Europea es una voluntad política seria y articulada.
 La captura de Mladic se dio en un momento crucial. El Fiscal del Tribunal Penal Internacional, el abogado belga Serge Brammetz, ya está preparando su informe para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que lo presentará la primera quincena de junio, donde se incluirá la cooperación y el apoyo de Serbia en hacer prevalecer la justicia y el derecho internacional.
 Añadido a estas consideraciones está la preocupación que le suscita al presidente serbio Boris Taine los altos niveles de desocupación y la crisis económicas por la que transita su país.
 La captura, también, tiene una fuerte dosis de psicología política ya que permite desdibujar la figura de estos militares a quien la población, con su natural tendencia a la mitificación, les había dado las características de héroes de personalidad superior a los que su inteligencia y sagacidad les permitía la imposibilidad de su captura.
 La mitología urbana los había revestido de un aura aventurera y singular. La realidad mostró la verdadera catadura de estos siniestros personajes. Mladic fue capturado desempeñando modestas funciones campesinas y a Karadzic se le arrestó vestido excéntricamente y con una gran barba, cuando fue denunciado por estafa, por personas que lo acusaron de hacerse pasar como médico alternativo que utilizaba pociones milagrosas en la curación.
 Ciertamente, el brazo de la justicia a todos alcanza y pareciera que es sólo cosa de esperar.

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