Por décadas, los libros de ciencia en las escuelas de Estados Unidos han enseñado que la tierra tiene millones de años de antigüedad, que empezó con el estallido del Big Bang en el universo hace 14,3 mil millones años atrás.
Les enseñan a los niños que las bacterias aparecieron alrededor de mil
millones de años más o menos y que una explosión de unos 500 millones de
años puso en marcha algunos de los primeras formas de vida.
Pero la evidencia científica apoya eso? ¿Qué pasa si observaciones científícas confirman que el relato literal de la Biblia de miles años es verdadero?
Pero la evidencia científica apoya eso? ¿Qué pasa si observaciones científícas confirman que el relato literal de la Biblia de miles años es verdadero?
Esa es la posición de Walt Brown, director del Centro para la Creación Científica en Phoenix.
Sus credenciales científicas propias son impresionantes. Tiene un doctorado del Instituto Tecnológico de Massachusetts en ingeniería mecánica, graduado de West Point y de la Fundación Nacional de Ciencias, se desempeñó como profesor titular adjunto de la Fuerza Aérea de EE.UU. y fue jefe de Estudios de Ciencia y Tecnología de la fuerza Aérea.
Durante décadas, los hallazgos de Brown fueron ignorados por la comunidad científica y ninguna revista científica de renombre publicó sus textos. Sin embargo, ha llegado a la octava edición de su libro “En el principio: Pruebas convincentes de la Creación y el Diluvio,” (In the Beginning: Compelling Evidence for Creation and the Flood), donde se presentan los datos, compatibles con la teoría de la “hydroplate” que trata de probar que la tierra tiene características geológicas que sólo tienen 5.000 años de antigüedad y que los fósiles lo demuestran.
También afirma que el diluvio universal narrado en Génesis 7, fue el mecanismo que originó los fenómenos geológicos, astronómicos y los agentes biológicos que conocemos hoy en día.
Sus credenciales científicas propias son impresionantes. Tiene un doctorado del Instituto Tecnológico de Massachusetts en ingeniería mecánica, graduado de West Point y de la Fundación Nacional de Ciencias, se desempeñó como profesor titular adjunto de la Fuerza Aérea de EE.UU. y fue jefe de Estudios de Ciencia y Tecnología de la fuerza Aérea.
Durante décadas, los hallazgos de Brown fueron ignorados por la comunidad científica y ninguna revista científica de renombre publicó sus textos. Sin embargo, ha llegado a la octava edición de su libro “En el principio: Pruebas convincentes de la Creación y el Diluvio,” (In the Beginning: Compelling Evidence for Creation and the Flood), donde se presentan los datos, compatibles con la teoría de la “hydroplate” que trata de probar que la tierra tiene características geológicas que sólo tienen 5.000 años de antigüedad y que los fósiles lo demuestran.
También afirma que el diluvio universal narrado en Génesis 7, fue el mecanismo que originó los fenómenos geológicos, astronómicos y los agentes biológicos que conocemos hoy en día.
La principal motivación que impulsó al profesor Brown de hacer estos
estudios es su “misión” de proporcionarles respuestas científicas a los
estudiantes cristianos que a menudo son impugnadas por las teorías
darwinistas en el aula.
Para él, la fe puede estar acompañada de datos científicos observables y calculables. De acuerdo con su libro, la tierra era un lugar muy diferente antes del diluvio de Noé, los océanos eran mucho más superficiales y las montañas mucho más pequeñas. También muestra que no es casualidad que haya cerca de 230 informes, que demuestran una gran inundación en las diferentes culturas del mundo.
Para él, la fe puede estar acompañada de datos científicos observables y calculables. De acuerdo con su libro, la tierra era un lugar muy diferente antes del diluvio de Noé, los océanos eran mucho más superficiales y las montañas mucho más pequeñas. También muestra que no es casualidad que haya cerca de 230 informes, que demuestran una gran inundación en las diferentes culturas del mundo.
Casi todos ellos tienen muchos elementos comunes, entre ellos un
sobreviviente y su familia y un barco. Brown afirma que “la profundidad
del agua de 3.000 metros podría estar en todas partes”.
La combinación de los datos geológicos bíblicos, pretende mostrar cómo la Biblia habla acerca de los flujos de aguas subterráneas. “Alrededor de la mitad del agua que ahora tenemos en las cámaras de los océanos se encuentra a unos 10 kilómetros bajo la superficie de la Tierra”, explica Brown.
La combinación de los datos geológicos bíblicos, pretende mostrar cómo la Biblia habla acerca de los flujos de aguas subterráneas. “Alrededor de la mitad del agua que ahora tenemos en las cámaras de los océanos se encuentra a unos 10 kilómetros bajo la superficie de la Tierra”, explica Brown.
El científico sostiene en su libro que la explicación evolutiva de los
cometas, asteroides o la actividad volcánica causaron la extinción de
los dinosaurios es deficiente. Él dice que sólo una inundación en todo
el mundo podría haber hecho esto.
Fuente:AcontecerCristiano.net
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