William García nació y creció en una familia de emprendedores. No obstante, los conflictos entre sus padres los dejaron al borde del divorcio, pero la mano salvadora del Todopoderoso actuó para volver a unir los lazos que estaban rotos. “Fue una etapa dura ver a mis padres en esa situación”, cuenta el protagonista de esta historia.
Mientras iba creciendo, los estudios eran exitosos y su proyección profesional se orientó hacía la ingeniería electrónica. “Siempre estuve en los primeros puestos del colegio”, añadió.
Paulatinamente su familia se fue entregando a Cristo y él no fue la excepción. Con el paso del tiempo notaron que la doctrina de la iglesia donde congregaban era errada y tras un sueño de su madre, Dios le reveló el templo del Movimiento Misionero Mundial a donde tenían que ir.
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