El mundo entero conoció y disfrutó la música de Whiney Houston, pero posiblemente pocos se imaginaban, por la vida problemática que vivió a través de su carrera, que la la mega-estrella creció en el seno de la iglesia New Hope Baptist Church en Newark. Y que incluso después de haberse convertido en una súper-estrella, nunca olvidó sus raíces. Según el reverendo Jesse Jackson, Whitney se sentaba y adoraba al igual que los otros, sin un clamor de autógrafos. Es por eso que sus miembros están de luto y lloran su muerte.
Whitney Houston, pasó su niñez allí ensayando entre bambalinas y cantando en el coro de esta iglesia. De acuerdo con el Servicio de Noticias de la religión, la madre de Houston, Emily Cissy Houston, ha servido como ministro de música en esta iglesia por más de 50 años. Durante un servicio centrado en la vida de Houston, el reverendo Joe Carter oró fervientemente porque la madre de Houston y su familia hallaran consuelo en su pérdida.
“Una de las grandes voces de nuestro tiempo ha sido silenciada, pero nos dejó mucho para que podamos vivir”, dijo Carter. “Ella dejó suficiente para que nosotros podamos recordarla por el resto de nuestras vidas, no sólo nuestras vidas sino para las generaciones que nunca la conocieron.”
El reverendo Jesse Jackson fue el encargado de hablar de la importancia de la iglesia en la vida de Houston, la forma en que fue “donde se encontró con su alegría” y la cual era “la fuente del alma de Whitney.”
Los funcionarios aún están determinando la causa de la muerte de Houston a sus 48 años. Sin embargo, muchos apuestan a que ésta fue originada por sus problemas de adicción a drogas. Problema que convirtió su vida en un verdadero infierno y del cual le fue prácticamente imposible liberarse.
La muerte de Whitney Houston nos debe doler a todos. No sólo a los miembros de su iglesia, sino a toda la comunidad de fe. Porque su muerte significa la pérdida de una batalla de una vida y del esfuerzo de una iglesia. La experiencia de esta familia debe servir para hacer reflexionar a la iglesia cristiana hoy día. Porque lo que ocurrió en la vida de Whitney ocurre y sigue ocurriendo en las puertas de nuestras iglesias y en el seno de muchas familias cristianas. Para un padre y una madre, así como para un pastor y miembros de una iglesia debe ser motivo de profunda tristeza ver cómo uno de sus hijos cae presa de un vicio que los va consumiendo en vida hasta que termina con ellos. Que Dios nos ayude a poder conservar a nuestros jóvenes que crecieron en nuestras bancas, para no permitir que el enemigo los arrebate de nuestras manos
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