Más de un millón de personas, entre israelíes y extranjeros, han visitado Jerusalén durante la Fiesta de los Tabernáculos o las Cabañas (Sucot), en la que los judíos recuerdan el éxodo de los israelitas de Egipto hace unos 3.000 años, según el relato bíblico.
Durante las festividades del Sucot, que se iniciaron el pasado domingo y se prolongarán hasta el próximo lunes, la actividad del país se encuentra a medio gas y muchos israelíes aprovechan para tomar vacaciones laborales o celebrar las fiestas en reuniones familiares.
A los extranjeros llegados de todo el mundo se unieron otros miles de participantes israelíes bajo la bandera de empresas, clubes deportivos e instituciones locales. La marcha contó igualmente con la presencia del alcalde de Jerusalén, Nir Barkat.
Con motivo de la manifestación, las autoridades locales cerraron a mediodía al tráfico rodado el corazón de la parte oeste de la ciudad, donde los vehículos no han podido circular hasta las seis de la tarde.
CRISTIANOS EVANGÉLICOS
Miles de cristianos evangélicos procedentes de 90 países del mundo desfilaron hoy por el centro de Jerusalén en una marcha festiva para mostrar su apoyo a Israel y a una Jerusalén unida, en un tradicional acto que tiene lugar cada año durante la fiesta judía de Sucot.
La colorida fiesta se inició en el parque Saker, adyacente al Parlamento, donde se congregó una muchedumbre en la que resaltaban las banderas de decenas de países y participantes con trajes tradicionales, pancartas, panderetas o tambores, que gritaban consignas de apoyo a Israel.
“Cinco mil personas de 90 países distintos participan este año en la marcha para mostrar el amor y apoyo a Israel y a los israelíes”, señaló a Efe David Parsons, portavoz de la Embajada Cristiana (evangélica) Internacional.
Parsons indicó que más de una docena de países latinoamericanos participaron en la marcha, entre los que destacaba un grupo de cerca de 1.300 brasileños enfundados en las características camisetas amarillas de su selección nacional.
Según Parsons, los participantes también pretenden expresar con esta marcha su deseo de que “la ciudad de Jerusalén permanezca unida”.
El organizador del grupo español, Samuel del Coso Román, explicó por su parte que han venido “a consolar a este pueblo (…) a que ellos sepan que no están solos “. “Leyendo la Biblia, uno ama al pueblo de Dios”, dijo Del Coso, que se considera descendiente de judíos conversos.
Fuente: Protestante Digital
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