lunes, 12 de marzo de 2012

La cultura de la competencia



Se dice que vivimos en una cultura de competencia. En el pasado hablábamos de competir y, por lo general, nos referíamos al deporte o al atletismo, sin embargo, en el siglo 21 se ha proliferado la práctica de los concursos, torneos, y competencias de diversos tipos.
Por ejemplo, en la actualidad se celebran torneos deportivos, pero también concursos de belleza. Se compite en la música, buscando quién canta mejor, pero también existen concursos de baile donde se declara vencedor al que mejor mueva su cuerpo al sonido de distintos ritmos musicales. Existen programas de televisión que buscan quien posee el mejor talento o habilidad. También las competencias de supervivencia en islas remotas y las de cocina que premian a quienes preparen las mejores recetas y platos de comida. No puedo olvidar las competencias para perder peso que declaran vencedor al que más libras pierda en un tiempo determinado.
En esta lista hay otras curiosas competencias tales como la Copa mundial de lanzamiento de botas en San Petersburgo, o del lanzamiento de teléfono móvil en las que vence el que lance la bota o el móvil a una distancia más larga.
Unas de las competencias más interesantes de la actualidad es la da comer los famosos “Hot Dogs” o perros calientes. En julio del año 2011 el estadounidense Joey Chestnut ganó el título de mayor comedor de “hot dogs” por quinta vez consecutiva, tras comer 62 bocadillos de salchichas en solo 10 minutos.
Como ves, vivimos en una cultura de competencia. Y aunque en la mayoría de los casos estos concursos tienen el objetivo de generar diversión, lo cierto es que han creado una sociedad donde la gente vive compitiendo o rivalizando en todos los sectores. Competimos contra el vecino para ver quien tiene la mejor casa o el carro de último modelo y mejor equipado. Rivalizamos a quien posee un empleo y salario superior, a quien viste con la mejor ropa y hasta a quien logra obtener los aparatos electrónicos de más alta calidad.
Lo insólito en este tema es saber que algunos han llevado la cultura de la competencia a su vida espiritual. Es decir, creemos que hay que luchar o contender con otras personas para determinar quien es más espiritual o conoce mejor a Dios. Hay personas que rivalizan por mostrar que poseen un mejor talento; otros tratan de convencer que son los que predican con más elocuencia. En ocasiones, encontramos grupos que contienden para probar que tienen el ministerio más reconocido o famoso de la comunidad.
Si por casualidad perteneces al grupo de aquellos que compiten en el área espiritual te recuerdo que no hay necesidad de rivalizar cuando de vida cristiana se trata. Esto es así, porque las competencias buscan un ganador, sin embargo los que aman al señor, dice la Biblia, ya son más que vencedores. En realidad, vencemos cuando le damos el mejor uso a los recursos que Dios nos ha dado. Triunfamos cuando logramos descubrir y poner en práctica los propósitos que el Señor de la vida tiene para nosotros. Además, en Cristo hemos triunfado y hemos sido ubicados en un lugar alto que Dios mismo ha reservado para aquellos que le aman.
Dile NO a la competencia y celebra con mucha alegría la victoria que ya tienes en Cristo el SENOR…..recuerda que gracias a que él venció tú también has vencido

No hay comentarios:

Publicar un comentario